Este libro me hizo recordar uno de los grandes sueños que tengo en la vida y que aun espero cumplir algún día, tener una casa grande, en el campo, donde puedan siempre que quieran, reunirse toda la familia para divertirse, convivir, comer delicioso, pasarla extraordinariamente bien. Y acá entre nos, me gustaría ser como el tío Tacho, con ese humor tan álgido, tan directo y desenfadado, pero lleno de cariño y sabiduría.
La novela cuenta en primera persona los recuerdos y memorias
de Panchito, un pequeño que llega durante las vacaciones a la casa de sus tíos,
en San Miguel, junto con varios otros primos y primas.
Todos llenan de alegría y vida la casa del tío Tacho y la tía Chabelita durante estas visitas, quienes así pueden olvidar la muerte de su pequeño hijo. Al terminar las vacaciones, todos los primos vuelven a sus casas, con sus padres, pero en esta ocasión, Panchito debe quedarse en casa de sus tíos.
El padre de Panchito había muerto poco tiempo atrás; su
madre, una mujer viuda, joven y muy hermosa ha decidido abandonarlo.
Panchito se da cuenta que ya no es un invitado en aquella
casa, ahora es parte de la familia, se ha convertido en el hijo de sus tíos, y
sus tíos se han convertido en los padres de su sobrino.
Toda su niñez y juventud la pasa en aquella casa en San
Miguel; sus vivencias nos hacen reflexionar sobre la enorme importancia de las
necesidades afectivas que tienen los niños cuando, por alguna razón, se
encuentran separados de sus padres.
A mi gusto, a pesar de ser Panchito el personaje principal,
conforme avanza la trama, el tío Tacho, pasa de tener un papel secundario a
tener el protagónico. Bueno… a mi así me pareció.
¿Y ustedes que opinan?
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